Instrumentos realizados para ser utilizados como manómetros de control o de recalibración y en otras aplicaciones donde la precisión y la fiabilidad son un elemento muy importante. Los fluidos de proceso deben ser líquidos o gaseosos que no presenten una viscosidad elevada y que no cristalicen. Las partes en contacto con el líquido de proceso, en AISI 316 L, los hacen aptos para resistir condiciones de ejercicio desfavorables, determinadas por la agresividad del fluido y del ambiente. Bajo demanda pueden ser acompañados de un certificado expedido por un laboratorio acreditado por el ACCREDIA (Ex S.I.T. – Servicio Italiano de Calibración)